«Esto "dijo ayer sobre el atentado el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischeres un recordatorio vivo de que nuestro país está en guerra contra terroristas que utilizan cualquier medio a su alcance para hacer daño a los estadounidenses y a otros».
Un coche bomba, situado en las inmediaciones del consulado en Karachi, ocasionó la muerte de once personas y heridas graves a unas cuarenta, entre personal de esa oficina y transeúntes. Dos de los guardias de seguridad del consulado, de origen paquistaní, se encuentran entre los muertos. Entre los heridos hay un «marine» estadounidense y otros cinco empleados paquistaníes.
El atentado se ha producido un día después de que abandonaran la región el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, y el secretario de Estado adjunto, Richard Armitage, quienes han intentado mediar en las fricciones entre India y Pakistán.
El departamento de Estado ya había reducido en Pakistán la presencia de su personal y había recomendado la salida de todos los ciudadanos estadounidenses de ese país e India por temor a que se vieran implicados en la escalada del conflicto fronterizo que les enfrenta.
El presidente estadounidense, George W. Bush, renovó el compromiso de luchar contra el terrorismo que había adoptado con posterioridad a los atentados del pasado 11 de septiembre.