La Agencia Central de Inteligencia (CIA) siguió durante meses a dos presuntos terroristas de Al Qaeda, pero no avisó al FBI de que habían entrado a Estados Unidos, según un artículo que publicará la revista Newsweek. La CIA rastreó a los sospechosos Nawaf Alhazmi y Jalid Almihdhar, cuando asistieron en enero de 2000 «a una reunión de alto nivel de Al Qaeda» en Kuala Lumpur, Malasia.
Posteriormente, «la CIA observó cuando esos sospechosos retornaron a EE UU y comenzaron la preparación de los ataques del 11-S, en lo que podría ser el mayor fallo de los servicios de inteligencia», indica el documento. «Pocos días antes de la reunión de Al Qaeda, la CIA ya conocía los nombres de algunos de los asistentes, y el servicio de seguridad de Malasia aceptó seguirlos y fotografiarlos», agrega. Después de la reunión, la CIA siguió el rastro de Alhazmi cuando voló desde Kuala Lumpur a Los Angeles «y los agentes descubrieron que el otro hombre, Almihdhar, ya había obtenido visado para múltiples entradas en EE UU», subraya.
«Pero, asombrosamente, la CIA no hizo nada con esta información», señala Newsweek. «Los agentes no avisaron al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), que podría haberles cerrado el paso en las fronteras, ni al FBI, que hubiera podido seguirlos de manera subrepticia para descubrir su misión», subraya la revista.