Los Quince dieron ayer luz verde al reparto y acogida temporal por razones humanitarias de los trece milicianos palestinos deportados desde Belén, que podrán permanecer un año en suelo europeo y cuya suerte final es una incógnita. Al no haber reservas, se puso en marcha el pacto cerrado ayer en el llamado Coreper (comité de representantes permanentes, constituido por los embajadores de los Estados miembros), fruto de más de diez días de intensas negociaciones entre los Quince.
La «posición común» de la UE prevé el reparto de los trece milicianos considerados «terroristas muy peligrosos» por Israel en seis países de la Unión Europea: España e Italia acogerán tres cada uno; Grecia a dos; mientras que Portugal Irlanda, Bélgica uno cada uno, y Chipre, país candidato a la adhesión, se quedará con otro. Por razones de seguridad, la presidencia española de la UE rehusó revelar el nombre de los guerrilleros palestinos que serán acogidos por uno u otro país, así como los criterios para el reparto.
Con este pacto, los países de acogida se comprometen a conceder a los milicianos un «permiso nacional» para entrar y permanecer en su país «por un plazo de hasta doce meses». Hasta entonces, todo parece indicar que no se dilucidará la suerte final de estos guerrilleros. Los tres palestinos que llegarán hoy a España serán tratados como «desplazados» bajo el amparo de la normativa sobre asilo, lo que les permitirá moverse libremente por el territorio nacional, y dispondrán de un servicio de seguridad para su protección, aunque no serán sometidos a vigilancia. Contarán con ayuda para encontrar trabajo y vivienda.
Un avión de la Fuerza Aérea española voló ayer desde el aeropuerto militar de Getafe (Madrid) a Larnaca (Chipre) para recoger a los 12 palestinos que serán distribuidos entre seis países de la UE y regresará hoy a España después de dejar en Atenas a los dos milicianos que acogerá Grecia y en Roma a los tres aceptados por Italia. Los tres milicianos que llegarán hoy a España serán acogidos por Cruz Roja, que busca para ellos un alojamiento adecuado.