A medida que avanza el recuento en las elecciones generales irlandesas se perfila una clara victoria del Fianna Fail, el partido del primer ministro, Bertie Ahern, el avance del Sinn Fein y el desplome de la oposición. Con una treintena de escaños confirmados, el Fianna Fail obtiene ya 20, mientras que el principal partido de la oposición, el centroizquierdista Fine Gael de Michael Noonan, no sobrepasa los dos y va camino de los peores resultados de su historia. En términos de porcentaje, la diferencia es aún más significativa: según los primeros datos, el Fianna Fail se ha hecho con el 42 por ciento de las primeras preferencias de voto, frente al 20'6 por ciento del partido de Noonan, y el 10'8 por ciento del Partido Laborista.
Los indicios que emergen de los recuentos son que el popular Ahern rozará, si no consigue, la mayoría absoluta de 83 escaños en un Parlamento de 166 diputados. Hasta ahora el Fianna Fail contaba con 73 escaños y se apoyaba en una coalición con los Demócratas Progresistas de Mary Harney y varios diputados independientes para gobernar. Si consigue la mayoría absoluta, será la primera vez en 25 años que un partido logra gobernar en solitario en Irlanda, aunque las encuestas indican que los irlandeses prefieren un Ejecutivo de coalición que «controle» al primer ministro.
Los datos disponibles hasta el momento confirman el avance del Sinn Fein, el brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que se sitúa como cuarta fuerza política del espectro electoral irlandés, con un 7 por ciento. El Sinn Fein ha conseguido su primer diputado en Dublín, John Crowe, así como otros tres escaños, algo que jamás había conseguido en la República de Irlanda. La formación republicana tiene una fuerte implantación en el Ulster pero hasta ahora no había conseguido superar el 2'5 por ciento de los votos al sur de la frontera irlandesa.