El presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova, acusó ayer a Slobodan Milosevic de haber querido destruir Kosovo «por medio de la violencia y la guerra», en su comparecencia ante el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia. Rugova, el más alto cargo que comparece en La Haya en el juicio al ex presidente serbio y yugoslavo, relató al fiscal la política represiva aplicada por Milosevic en Kosovo y sus intentos de negociación con él, el último en plenos bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia.
Milosevic, que asume su propia defensa, comenzó ayer su interrogatorio, pero la «vaguedad» de sus preguntas llevó a los jueces a limitar a hora y media el tiempo del que dispondrá para seguir preguntando.
En un día que acaparó la atención de los habitantes albaneses de Kosovo, que por primera vez oyeron explicaciones de su líder por la entrevista con Milosevic en plena guerra, Rugova aseguró que ésta se produjo en «contra de su voluntad» y bajo presiones. «Me llevaron a Belgrado y lo organizaron para desacreditarme políticamente ante los albaneses y la comunidad internacional», aseguró.