La Unión Europea y Estados Unidos renovaron ayer su compromiso de luchar conjuntamente contra el terrorismo, cooperar sobre Oriente Medio y superar sus importantes diferencias comerciales. La cumbre anual UE-EEUU mostró una vez más que, por encima de las desavenencias, ya habituales, tanto Bruselas como Washington logran más resultados cooperando juntos que enfrascados en querellas bilaterales.
La cumbre reunió en la Casa Blanca al presidente estadounidense, George W. Bush, con el presidente de turno del Consejo Europeo, José María Aznar, y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. Aznar avisó, ya desde el inicio de su intervención en la conferencia de prensa conjunta, que no había grandes desavenencias entre ambos aliados, y manifestó «un mensaje muy positivo» sobre la fortaleza de las relaciones bilaterales.
El dirigente español destacó la intensificación de la cooperación antiterrorista entre EE UU y la Unión Europea, y confió en que las negociaciones entre ambas partes para lograr un acuerdo sobre asistencia judicial «se desarrollen de la forma más rápida posible». Aznar subrayó que la cooperación antiterrorista entre europeos y norteamericanos es cada vez más «intensa» y abarca más ámbitos, y apostó por la creación de ese «espacio judicial común» como un elemento más para luchar contra el terrorismo. «Estamos firmemente decididos a combatir el terrorismo allí donde se produzca», dijo Aznar, quien reiteró que no se pueden establecer diferencias entre terroristas porque buscan los mismos objetivos, tanto los que atentaron contra las Torres Gemelas o el Pentágono como los que ponen un coche bomba en Madrid, como ocurrió el miércoles.
Bush insistió en que EE UU sigue comprometido a ayudar a España en la lucha antiterrorista, y recordó que ya expresó esa disposición cuando visitó Madrid en junio del año pasado, antes de los atentados del 11 de septiembre. «Estamos preparados para ayudar», dijo Bush, quien recalcó que España y EE UU «somos estrechos aliados y amigos... José María sabe que estamos a sólo una llamada de distancia». Washington y Bruselas se esforzaron en tratar de manifestar la misma impresión positiva cuando hablaron sobre Oriente Medio, un asunto en el que sufrieron considerables divergencias al comienzo de la ofensiva militar israelí en zonas autónomas palestinas de Cisjordania. «Estados Unidos y la UE comparten una visión común de dos Estados: Palestina e Israel», afirmó Bush.