El Ejército israelí debía completar la retirada de Ramala esta madrugada, según fuentes militares israelíes y palestinas, desde las oficinas de Yaser Arafat. En Ramala, se registra un gran movimiento de tropas y tanques aunque los traslados del Ejército se realizaban anoche en el interior del distrito cisjordano de Ramala, entre la ciudad y la vecina localidad de Bet El, donde hay una base militar israelí. Una vez retirado el Ejército de Ramala, es posible que Arafat salga a atender a los numerosos periodistas que se habían concentrado en los alrededores de la «Mukata». Por su parte, la población de Ramala permanecía en sus casas siguiendo los acontecimientos que se desarrollan en la ciudad por medio de la televisión qatarí Al Yazira. Tras su retirada, el Ejército impondrá un estrecho cerco militar en torno a Ramala, como ha hecho con todas las ciudades palestinas invadidas durante su ofensiva militar en Cisjordania.
La liberación de Arafat fue concertada durante el fin de semana en un acuerdo entre Israel y la ANP con la ayuda de EE UU y Arabia Saudí. El pacto establece que la delegación de agentes de seguridad británicos y estadounidenses se harán cargo de la custodia de los seis presuntos terroristas cuyo encarcelamiento ha sido exigido por el Gobierno israelí. Un convoy formado por una docena de vehículos asignados al Consulado General de los Estados Unidos en Jerusalén se encargó de realizar el traslado de los presos a la prisión central de Jericó. Los seis activistas, cuya privación de libertad supondrá la recuperación de movimientos para Arafat son los cuatro responsables del asesinato del ministro israelí de Turismo, el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), Ajmed Saadat, y el encargado del contrabando del cargamento de armas que fue interceptado por la Marina israelí el pasado mes de enero, Fuad Shubaki.
Mientras, siete palestinos, entre ellos cinco niños, murieron en Cisjordania. Cuatro niños palestinos murieron en una explosión en Belén al penetrar en un comisaría de policía que fue ocupada y evacuada por el Ejército israelí hace dos días. Los niños entraron, al parecer, a jugar en el edificio y explotó un artefacto que posiblemente dejaron los israelíes en su interior. Por otro lado, una pequeña de dos años perdía la vida en la ciudad autónoma de Rafá, debido al impacto craneal que le produjo la metralla desprendida por el impacto del obús de un tanque. Otros dos adultos murieron por la misma causa.
La decisión del Gobierno de boicotear la misión de verificación de las Naciones Unidas, que debía esclarecer los hechos acontecidos en el campo de refugiados de Jenín, fue puesta en entredicho por algunos políticos israelíes. Estos expresaron sus temores ante la eventualidad de que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, disuelva la actual comisión, y que entonces el Consejo de Seguridad pudiera a su vez crear una nueva comisión, dotada de mayores poderes de investigación. Annan afirmó que antes de tomar una decisión sobre la comisión de investigación para el campo de refugiados de Jenín, esperará «12 o 24 horas (hasta hoy)» mientras se llevan a cabo distintas gestiones.