Estados Unidos estaba al corriente de lo que se preparó la pasada semana en Caracas para derrocar al presidente venezolano, Hugo Chávez y, en opinión de varios analistas consultados, si bien «no impulsó el proceso», tampoco hizo nada por «impedirlo». Los expertos consultados ayer, que en algunos casos criticaron la satisfecha reacción de Washington al conocer el derrocamiento de Chávez durante 48 horas, dudan, sin embargo, que ese intento de golpe cívico-militar «fuera concebido» en EE UU. El Gobierno estadounidense admitió ayer que se reunió con miembros de la oposición a Chávez, pero negó haber impulsado o promovido un golpe de Estado contra el presidente venezolano. «Dijimos expresamente a los líderes de la oposición que Estados Unidos no apoyaría un golpe», afirmó ayer el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
Aseguró que «nuestro mensaje ha sido coherente. La situación política de Venezuela debe ser resuelta por los venezolanos de forma pacífica, democrática y constitucional». Además, el portavoz recalcó que «funcionarios de EE UU se han reunido durante varios meses con un amplio espectro de venezolanos». Agregó que entre ellos figuran «representantes de asociaciones empresariales, que incluyen al presidente de la Federación de Cámaras Empresariales, el (ex) presidente interino (Pedro) Carmona y a legisladores favorables a Chávez». Las afirmaciones de Fleischer se produjeron entre nuevas informaciones de prensa en EE UU que apuntan a que funcionarios de alto rango de Washington se reunieron en los últimos meses con dirigentes de la coalición que durante dos días retiró a Chávez del poder.
Preguntado sobre si los funcionarios de EE UU pudieran haber dado un respaldo tácito pero no explícito, el portavoz de la Casa Blanca dijo que no estaba al corriente de que se enviaran esas señales, pero tampoco las excluyó expresamente. El pasado viernes, cuando parecía que el golpe contra Chávez había triunfado, EE UU no defendió claramente el proceso constitucional en Venezuela, sino que acusó al presidente de ese país de haber creado las condiciones para que se produjese el movimiento en su contra.
Por otra parte, un grupo de periodistas al servicio de varias emisoras de la radio, televisión y prensa escrita de Caracas, renunciaron a sus cargos en las últimas horas, «cansados de las presiones a que fueron sometidos por sus jefes, al prohibirles cubrir informaciones y realizar entrevistas a los seguidores de Chávez», según asegura una información la agencia de noticias oficial 'Venpres'. La información indica que los periodistas fueron obligados, además, a redactar determinadas noticias, sobre hechos relacionados con la crisis.