La meta europea de un déficit cero en 2004 ha dado lugar a un intercambio de acusaciones entre los principales rivales por el Elíseo, Jacques Chirac y Lionel Jospin, cuyos proyectos electorales harían imposible cumplirla. La polémica no es nueva, pero se agudizó después de que el actual jefe de Estado, Chirac, dijera en una entrevista televisiva el pasado martes que el equilibrio presupuestario en 2004 «no es un imperativo», «no lo impone» el Pacto de Estabilidad suscrito por los países de la zona euro y no hay «ningún compromiso oficial».
El candidato neogaullista, que promete recortar un tercio del impuesto sobre la renta de aquí a 2007, rebajar las cotizaciones sociales de las empresas y nuevos gastos públicos, explicó que el objetivo del déficit cero fue acordado por los ministros de Finanzas, no por los jefes de Estado o Gobierno de la UE. El primer ministro saliente y socialista Jospin le replicó al día siguiente que ese objetivo figuraba en las conclusiones de la Cumbre de Barcelona de los líderes de la UE, celebrada los pasados 15 y 16 de marzo, y le acusó de suscribir algo en Barcelona y «tres días después» decir «otra cosa» a los franceses.
Jospin acusó al jefe del Estado de poner en juego la credibilidad de Francia ante sus socios europeos, ya que entre las conclusiones de esa cumbre figura el «objetivo para 2004, como más tarde, de una situación presupuestaria próxima al equilibrio o excedentaria». El gabinete del comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, indicó que el equilibrio presupuestario figura en el programa francés de estabilidad y que por tanto «se trata de un compromiso oficial que vincula al Gobierno francés actual y a los futuros». Un documento interno del Ministerio de Economía publicado por «Les Echos» asegura que Francia no podrá conseguir el déficit cero en dos años sin subir los impuestos.