Los líderes árabes tratan de consensuar una posición ante la ofensiva israelí en los territorios palestinos, mientras continúan las masivas manifestaciones en sus calles y se perciben los primeros signos de reacción en Occidente. Pero el creciente clamor en los países árabes, donde por quinto día consecutivo se repitieron las protestas y muestras de solidaridad con los palestinos, no ha logrado que sus gobernantes convoquen aún una cumbre urgente para adoptar medidas de respuesta. El Consejo de la Liga Arabe acordó ayer, de momento, la celebración hoy, miércoles, también con carácter urgente de una reunión de los ministros de Exteriores de los 22 Estados miembros, incluido Palestina.
Mientras los líderes árabes tratan de consensuar una posición, la UE y Rusia unieron ayer sus voces para exigir a Israel que no confunda la lucha contra el terrorismo con la destrucción de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y reclamaron el inmediato cumplimiento de las resoluciones de la ONU. «Hay que aplicar de manera inmediata la resolución 1402 aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU de forma unánime», dijo el ministro español de Exteriores, Josep Piqué. La resolución, adoptada el sábado pasado, exige la retirada israelí de todas las ciudades bajo control palestino, entre ellas Ramala, donde el presidente palestino, Yaser Arafat, cumplió ayer el quinto día de asedio por parte de las tropas israelíes.
La presidencia española de la UE convocó para hoy una reunión informal de ministros de Exteriores de la Unión, en la que los Quince analizarán el momento crítico que atraviesa el conflicto de Oriente Próximo y estudiarán actuaciones concretas. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, envió ayer una carta al primer ministro israelí, Ariel Sharon, en la que solicita que se permita el suministro de agua, alimentos y luz al lugar en que se encuentra Yaser Arafat y pide «negociación política» antes de que la situación se haga irreversible.
También hubo ayer reacción al asedio de Arafat por parte de EE UU, donde el secretario de Estado, Colin Powell, confió en que las tropas israelíes se queden en la capital administrativa cisjordana sólo «un par de semanas». Powell dijo que el Gobierno de Bush no comparte la idea de que Arafat debería exiliarse porque «todavía tiene un papel importante en la resolución de la crisis del Oriente Medio».