El presidente palestino, Yaser Arafat, quedó ayer totalmente aislado del exterior, uno de los objetivos de la invasión militar israelí de Ramala. La situación del 'rais' comienza a ser desesperada. Acompañado por su segundo, Arafat se encuentra totalmente aislado y cercado por las tropas hebreas, lo que podría crear un vacío de poder entre los palestinos, de consecuencias impredecibles. Riad el-Malki, miembro del Consejo Nacional Palestino (CNP) señaló ayer sobre los israelíes que «queda por ver quiénes ejercerán la presión y hasta dónde irán», dijo.
El Malki opinó que «existe el riesgo» de que los soldados israelíes maten al presidente Yaser Arafat, a pesar de que tienen orden expresa de su Gobierno de «no atacarle físicamente, sino aislarle». Arafat y algunos de sus ayudantes se hallan aislados en uno de los únicos dos edificios de la Mukata, sede de la Gobernación del distrito de Ramala, que no han sido capturados por los israelíes. Fuentes palestinas aseguraban que, además de quedarse sin teléfono, aparentemente porque se agotaron las baterías de su teléfono por satélite, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), tampoco tiene electricidad ni agua corriente en sus dependencias porque se las cortaron los soldados israelíes.
Sin embargo, a última hora de la tarde de ayer, el Gobierno israelí informó de que se había restablecido la energía eléctrica en la zona. Por su parte, el ministro israelí de Defensa, Benjamín ben Eliezer, declaró ayer que daría instrucciones a 10.000 reservistas para luchar en la «guerra total contra los terroristas». Por otro lado, un alto responsable palestino, Nabil Shaath, declaró ayer en Ammán que el ejército israelí pidió a los agregados militares extranjeros en Tel Aviv que evacuaran a sus ciudadanos en los territorios palestinos, en previsión de su «ocupación total».