«El presidente cree que Sharon y el gobierno israelí deberían considerar seriamente permitir a Arafat asistir» a la cumbre, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. «El presidente cree que ha llegado la hora de que las naciones árabes de la región aprovechen la ocasión para crear un mejor ambiente en el que la paz pueda echar raíces», afirmó Fleischer refiriéndose a la propuesta del príncipe Abdulá bin Abdelaziz de Arabia Saudí, que «puede ser muy útil en la búsqueda de la paz en Oriente Próximo». A Bush le gustaría que los líderes árabes aprobaran en Beirut «la iniciativa de Abdulá que reconoce el derecho de Israel a existir».
Según Fleischer, el secretario de Estado, Colin Powell, fue el encargado de transmitir la petición de Bush a Sharon. Powell también conversó con Arafat por teléfono. En este sentido, el primer ministro israelí, Ariel Sharon afirmó ayer que no existe una «solución mágica» al conflicto entre palestinos e israelíes, y decidió posponer la reunión del gabinete de seguridad hasta hoy para así contar con la presencia del titular de Exteriores, Simón Peres, de viaje en China. «Llevamos a cabo una dura batalla, militar y política. Nunca he prometido una solución mágica. Estas soluciones no existen», indicó Sharon, cuyo discurso fue retransmitido en directo por la televisión pública israerlí.
Por otro lado, el Gobierno español descartó ayer que se vaya a producir una entrevista hoy entre el presidente, José María Aznar y Arafat, si bien el Gobierno ha dejado una puerta abierta para que el 'rais' palestino pueda pasar por España al término de la cumbre de la Liga Arabe en Beirut el próximo viernes en Sevilla, Cádiz o Jerez. Por otra parte, una delegación del Parlamento internacional de escritores, entre los que se encuentran Juan Goytisolo y José Saramago, se ha desplazado a la región en solidaridad con sus colegas palestinos, que permanecen enclaustrados en las ciudades autónomas, pueblos y campos de refugiados de los Territorios Palestinos.
A pesar del 'impasse' en los enfrentamientos creado por la dinámica diplomática y política, se volvieron a producir incidentes violentos, aunque a pequeña escala. Un joven de 19 años falleció al ser alcanzado en el transcurso de una incursión con tanques y excavadoras en la localidad fronteriza de Rafá. Otro palestino murió como consecuencia de una explosión de origen desconocido en el campo de refugiados de Nusseirat, situado en la zona centro de la Franja de Gaza. Y otra breve incursión tuvo lugar al este de la ciudad autónoma de Belén, saldándose sin víctimas o heridos.