Lima volvió este miércoles a vivir el terror de hace una década, cuando estaban efectivos los grupos Sendero Luminoso (SL) y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Nueve personas murieron y una treintena resultaron heridas en un atentado con dos coches-bomba cerca de la embajada de Estados Unidos, en vísperas del viaje del presidente norteamericano George W. Bush. La visita del mandatario no está en riesgo, pero su homólogo peruano, Alejandro Toledo, adelantó su regreso a Perú desde Monterrey (México). Hasta el momento, ninguna organización ha reivindicado la barbarie.
Las autoridades peruanas se vieron sorprendidas mientras preparaban las medidas de seguridad ante el inminente viaje del presidente George W. Bush a Perú. Un atentado perpetrado a las 22.45, hora local, (04:45 del jueves hora española) con dos coche-bomba cerca de la Embajada de Estados Unidos en Lima costó la vida a nueve personas, según anunció el vicepresidente del país andino Raúl Díez Canseco al término de una reunión de emergencia del Consejo de Ministros en el Palacio de Gobierno de Lima.
Díez Canseco explicó que «frente a estos hechos que enlutan al Perú, el presidente ha tomado la decisión de retornar al país en el transcurso del día». Alejandro Toledo se encontraba desde la tarde del miércoles en Monterrey, donde participaba en la Conferencia sobre el Financiamiento para el Desarrollado de Naciones Unidas, que se celebra desde el lunes en dicha ciudad mexicana y que reúne a 52 jefes de Estado.
Sin embargo, el presidente norteamericano se mostró satisfecho con las medidas de seguridad preparadas por el país andino "unos 22.000 efectivos policiales" y anunció su intención de no cancelar el viaje de 24 horas previsto para mañana. Según una portavoz de la Casa Blanca, las autoridades norteamericanas se pusieron en contacto con los funcionarios de seguridad y quedaron «satisfechas» por lo que «seguro» que Bush viajará a Lima.