Alrededor de tres millones de irlandeses deberán decidir hoy si están de acuerdo en endurecer su actual legislación contra el aborto, que ya es de por sí una de las más rígidas de Europa, en un complejo referéndum que divide a la opinión pública de un país profundamente católico y en el que están en juego otras cuestiones de índole claramente político.
De momento, el último sondeo señala una ligera ventaja del 'sí'. El objetivo principal de la consulta, decretada por el primer ministro, Bertie Ahern, es conseguir la prohibición del aborto incluso en los casos en que una mujer presente tendencias suicidas.
El primer referéndum sobre la cuestión, celebrado en 1983, introdujo en la Constitución la prohibición del aborto salvo en los casos en que la vida de la madre esté en peligro. No obstante, en 1992, el Tribunal Supremo autorizó a una adolescente de 14 años, violada por un familiar, a abortar en Irlanda.