La tensión continúa aumentando por momentos en el Estado indio de Gujarat (noroeste), pero también en otras partes del país, donde desde el pasado miércoles, cuando un tren en el que viajaban radicales hindúes fue atacado por musulmanes, los enfrentamientos entre ambas comunidades se han saldado con más de 250 muertos. El Gobierno ha llamado a la calma a la población, y ha ordenado el despliegue del Ejército para evitar que la violencia se extienda.
Sólo en Ahmedabad, se calcula que han muerto en los dos últimos días unas 165 personas, mientras los efectivos de seguridad hacen todo lo posible por controlar a la multitud enfurecida de ciudadanos que, armados con espadas y armas de fuego, recorren las calles destrozando todo cuanto encuentran a su paso y prendiendo fuego a numerosos edificios. En algunas partes del Estado, incluso se ha llegado a quemar vivas a algunas personas, supuestamente musulmanas.
Ayer por la mañana, seis personas, cuatro de ellas mujeres, fueron quemadas vivas en la estación de Dehrol, a unos 50 kilómetros de Godhra. En Naroda, 58 personas murieron durante la pasada madrugada después de que una multitud enfurecida de unas 5.000 personas prendiera fuego una barriada marginal. En el vecino Estado de Rajastán (noroeste), las autoridades de algunas ciudades también han decretado el toque de queda después de que se produjeran algunos incidentes entre miembros de las dos comunidades. En Kishangarh, en el distrito de Ajmer, al menos diez personas resultaron heridas, entre ellas cinco policías, durante los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes.