La Oficina de Contabilidad del Congreso (GAO, en inglés) presentó ayer una demanda legal para forzar a la Casa Blanca a entregar el historial de las reuniones con ejecutivos de empresas energéticas, según fuentes legislativas. Hasta ahora, el Gobierno de Bush se ha negado a entregar la lista de las personas con las que se reunió cuando elaboraba la estrategia energética del país, reclamada con insistencia por esa dependencia investigadora del Congreso ante las posibles ramificaciones políticas del caso Enron.
Esa empresa de comercialización de energía, uno de los principales contribuyentes de las campañas políticas de republicanos y demócratas -entre ellos del propio Bush-, anunció su bancarrota el 2 de diciembre pasado. Enron ha sido acusada de tratar de influir en la política energética de Estados Unidos mediante las reuniones celebradas con responsables del Gobierno, entre ellos el vicepresidente, Richard Cheney.
La Oficina de Contabilidad General, el brazo investigador del Congreso, presentó la demanda para obligar a la Casa Blanca a divulgar la lista de ejecutivos de Enron que presuntamente buscaron influir en la política energética del país. El Gobierno estadounidense se niega a entregar esa lista, por considerar que minaría la autoridad de Bush. El vicepresidente, que se reunió en seis ocasiones con ejecutivos de Enron antes de que la empresa de Texas anunciase la bancarrota, ha asegurado que es necesario «preservar el principio de que haya gente que se presente a hablar con nosotros sin el temor de aparecer al día siguiente en la prensa».
Cheney ha afirmado que no hubo nada secreto en las reuniones. El Congreso, que ha comenzado una serie de audiencias sobre la quiebra de Enron, busca información sobre quiénes, cuándo y qué asuntos trataron los ejecutivos de la empresa durante las seis reuniones con Cheney. Tanto George Bush como Richard Cheney fueron ejecutivos de la industria petrolera de Texas, por lo que son objeto de críticas por la falta de claridad del procedimiento.