El Gobierno de Eduardo Duhalde decretó ayer la «emergencia ocupacional» en Argentina y dispuso la aplicación inmediata de los planes sociales en todo el país. El ministro de Trabajo, Alfredo Atanasof, precisó que en el marco de la declaración de emergencia ocupacional, fue creado el programa para jefes de hogar desocupados y con hijos de hasta 18 años. La primera etapa de la entrega de ayuda social alcanzará a más de 500.000 personas, quienes recibirán entre 100 y 200 pesos mensuales durante un plazo de tres meses que podrá ser renovado, según informó el Ministerio de Trabajo.
Para acceder a este beneficio se requirirá acreditar la condición de jefe o jefa de hogar en situación de desocupado, mediante una declaración jurada y acreditación de hijos a cargo a través de la presentación de la partida de nacimiento. También se solicitará la acreditación de escolaridad en condición de alumno regular y el cumplimiento de los planes nacionales de vacunación, en el caso de matrimonios con hijos. Otro de los requisitos es la acreditación de la condición de discapacitados del o de los hijos a cargo, mediante la certificación expedidas por un centro de salud.
Mientras, cientos de argentinos realizaron ayer protestas frente a bancos de toda la ciudad de Buenos Aires después de que se les impidiese el acceso a parte de sus ahorros, pese a que el Gobierno había anunciado que desde ayer estaría permitido retirar hasta 5.000 dólares de las cuentas y depósitos congelados en el denominado 'corralito'. La nota curiosa del día fue que un jubilado logró retirar de un banco sus ahorros en dólares bajo la amenaza de hacer estallar una granada.
Apenas abrieron los bancos, largas colas de clientes esperaban para obtener la parte de sus ahorros que no quedará encerrada obligatoriamente en el sistema financiero hasta el año próximo. Pero en casi todas las entidades, los empleados explicaron que no había llegado la comunicación oficial que autoriza a flexibilizar las restricciones.
Por su parte, la misión de expertos en materia fiscal que el Fondo Monetario Internacional (FMI) envió a Buenos Aires para analizar los presupuestos que elabora el Gobierno argentino desaprobó ayer la política fiscal prevista por el presidente Duhalde. Mientras, el titular del organismo internacional de crédito, Horst Köhler, reiteró que sólo entregará ayuda financiera adicional a Argentina si se presenta un programa económico «convincente». Las declaraciones realizadas por Köhler, que ayer había preanunciado una salida dolorosa para la crisis que enfrenta el país suramericano, causaron enfado en el Ejecutivo de Duhalde, que respondió por medio del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich: «No necesitamos que nadie nos diga cómo tenemos que sufrir», dijo.