La dura pugna de intereses abierta en Argentina después de diez años de convertibilidad será resuelta por el Gobierno con el pase a pesos de todos los depósitos y deudas nominados en dólares, informaron fuentes oficiales. La decisión fue tomada por las autoridades según el criterio de que la potente presencia del dólar en la economía argentina fue ficticia, debido a que las operaciones no tuvieron respaldo físico suficiente de billetes en moneda estadounidense.
«Hay que desnudar varias falacias a las que nos estábamos acostumbrando. Una, vivir de prestado; la otra haber depositado pesos y creer que son dólares o haberlos convertido en dólares en un asiento contable», dijo el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov. «Vamos a la 'pesificación' de la economía», subrayó.
La contundente frase del ministro hace añicos las esperanzas de quienes habían depositado sus dólares en los bancos y creyeron en la solemne promesa de Eduardo Duhalde, quien al asumir la presidencia argentina el pasado 1 de enero aseguró que esos fondos serían devueltos en la moneda pactada.
El sábado, Duhalde admitió que su promesa no puede ser cumplida «porque los billetes no están», aunque sostuvo que el Gobierno cuidará que los argentinos conserven el «poder adquisitivo» de su dinero mediante la generación de compensaciones.
La cantidad de depósitos nominados en dólares en cuentas a la vista o certificados a plazo supera los 46.000 millones, mientras que hay préstamos por 36.000 millones de dólares y otros 21.000 millones de pesos.