Después de más de siete debates, la norma fue aprobada por la Cámara Alta «en lo general», y los legisladores pasaron a continuación a debatir cada uno de los 21 artículos de la ley, que se espera sea ratificada por el Senado en la pasada madrugada. El eje central del nuevo plan, aprobado horas antes por la Cámara de Diputados, se basa en terminar con la paridad cambiaria «uno a uno» entre el peso y el dólar que hace once años posibilitó desterrar índices inflacionarios de hasta el 200% mensual.
El partido Justicialista (PJ, peronista), al que pertenece el presidente Duhalde, hizo valer su mayoría en la Cámara Alta para aprobar el proyecto gubernamental, en su primer trámite, pese a las críticas y anuncios de retorno a la «hiperinflación» de legisladores de la oposición. El debate en el Senado, caracterizado por extensos discursos, no fue muy distinto al de la Cámara de Diputados, también dominada por el peronismo y que, luego de trece horas de deliberaciones, aprobó el plan y habilitó su tratamiento por parte de los senadores.
El ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, aguardaba en la Casa Rosada, la sede del Gobierno argentino, que concluyera el debate de los senadores para, ya con el proyecto de emergencia económica convertido en ley, dar a conocer el detalle del conjunto de medidas con las que espera superar la recesión. La nueva norma habilita al Gobierno a devaluar el peso entre un 30 y un 40 por ciento con relación al dólar, según lo anticipado por el viceministro de Economía, Jorge Todesca, y a renegociar las tarifas de las privatizadas empresas de servicios públicos que se rigen por la moneda estadounidense.
También permite que los créditos bancarios de hasta 100.000 dólares abiertos por particulares para la adquisición de viviendas u otras mercancías, como vehículos, que hayan sido contraídos en la moneda de Estados Unidos se conviertan en pesos argentinos, al cambio de uno por uno. El Parlamento habilitó además mecanismos de regulación de precios de aquellos productos, bienes y servicios considerados «críticos», como las medicinas y los alimentos de la denominada «canasta básica familiar», que ante los anuncios de devaluación registraron en los últimos días alzas de hasta un 30%.