El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, declaró ayer que su país quiere resolver la crisis con India pero está dispuesto a responder con determinación a cualquier ataque, mientras dispositivos militares indios bombardeaban puntos de la Cachemira controlada por Pakistán.
Musharraf, que se dirigió a la prensa después de recibir el apoyo de diferentes dirigentes políticos de su país, quiso dirigir un mensaje específico a India y a su pueblo: Pakistán no quiere la guerra, sino, al contrario, reducir la tensión, aseguró. «Esperamos lo mejor, pero estamos preparados para lo peor. Pakistán está en favor de la paz, quiere la paz, la distensión. Que los dos países vayan hacia la paz y la armonía», añadió. «Cualquier persona en su sano juicio rechazaría la opción de ir a la guerra. Espero que no lleguemos a ese punto», dijo Musharraf. «Sin embargo, Pakistán ha tomado todas las medidas. Si se le impone una guerra, Pakistán, sus fuerzas armadas y sus 140 millones de habitantes están plenamente dispuestos a afrontar las consecuencias», precisó. «Querríamos que alguien desempeñe un papel útil y positivo para apaciguar la situación. (El presidente de Estados Unidos George W. Bush) comprende que es necesario autocontrol por parte de uno y otro bando. Yo le he dado mi punto de vista sobre la situación. Considero que la tensión aumenta por las acciones indias, y que Pakistán lo que hace es reaccionar», prosiguió.
La tensión entre los dos países, latente desde hace varios años, resurgió tras el atentado del pasado 13 de diciembre contra el Parlamento indio, que se saldó con 14 muertos, entre ellos los cinco asaltantes. India acusó a los servicios secretos paquistaníes de ser los instigadores del ataque, algo que Islamabad desmintió.