Las sanciones impuestas por el Gobierno de la India a Pakistán, y que han sido rápidamente contestadas por Islamabad con medidas similares, añaden tensión a las relaciones entre estos dos países, que ya han librado tres guerras en los últimos cincuenta años. El Comité del Gabinete de Seguridad indio acordó ayer cerrar su espacio aéreo a los vuelos de la compañía nacional paquistaní, medida que fue correspondida inmediatamente por el Gobierno de Islamabad.
Con esta iniciativa Nueva Delhi pretende castigar a Islamabad, a quien acusa de apoyar el terrorismo que ejercen grupos integristas contra la India en la región de Cachemira, cuya soberanía se disputan ambos países. En concreto, Nueva Delhi ha pedido a Pakistán que adopte medidas contra los militantes integristas cachemiríes que el pasado 15 de diciembre perpetraron un atentado contra el parlamento indio en la misma capital del país.
Según el acuerdo alcanzado por el Comité de Seguridad indio, que preside el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, la compañía de bandera de Pakistán no podrá sobrevolar el espacio aéreo indio desde el próximo 1 de enero. El Comité acordó igualmente reducir a la mitad el personal de las legaciones diplomáticas de Nueva Delhi en Islamabad y el de Pakistán en la India. Entre las medidas se incluye igualmente la limitación de movimientos a los diplomáticos paquistaníes en el país vecino.
Apenas una hora después de conocerse la decisión india, el Gobierno de Pakistán optó por imponer a sus vecinos las mismas sanciones. El ministro indio de Asuntos Exteriores, Jaswant Singh, aseguró que las iniciativas fueron adoptadas para evitar que Pakistán «continúe engañando» a la comunidad internacional con la adopción de medidas meramente «cosméticas» contra los integristas cachemiríes.
Singh anuncio, no obstante, que el primer ministro indio acudirá a la reunión de mandatarios del Sur de Asia que se celebrará en Nepal la próxima semana, y a la que también asistirá su colega paquistaní, Pervez Musharraf. El titular de Exteriores no realizó, sin embargo, ningún comentario sobre la posibilidad de que se produzca una reunión de los líderes indio y paquistaní en esta cumbre, por lo que sigue en suspenso cualquier tentativa negociadora entre los dos países. Mientras, el Gobierno paquistaní, a través de un portavoz oficial, ha pedido a su vecino que repliegue a las tropas que envió a la frontera común y adopte las medidas necesarias para buscar una salida negociada a la crisis.