Argentina vivió ayer lunes una jornada crítica con la entrada en vigor de las nuevas medidas económicas dispuestas por el Gobierno de Fernando de la Rúa para evitar el colapso del sistema y la fuga masiva de capitales. Miles de argentinos se agolparon ayer por la mañana frente las puertas de diferentes bancos de la Nación para conseguir dar respuesta a las múltiples dudas generadas tras las medidas económicas anunciadas este fin de semana por el Ejecutivo de Fernando de la Rúa.
Esas medidas incluyen la inmovilización de los depósitos bancarios y la imposibilidad de los ciudadanos de retirar en efectivo más de 250 pesos o dólares (unas 40.000 pesetas) a la semana durante un periodo de 90 días. El decreto 1570, que entró en vigor ayer lunes, tendrá vigencia hasta que finalice la operación de canje de deuda. Consta de diez artículos y fue firmado por el presidente de Argentina, Fernando de la Rúa; el jefe del Gabinete, Chrystian Colombo; y los once ministros argentinos. Pero la incertidumbre en el país es palpable.
Bajo un aparente desconcierto y evidentes signos de molestia, se comenzaron a ver largas filas de ciudadanos que demandaban a las diferentes entidades, más que operaciones, respuestas a sus interrogantes. También se registraron multitud de consultas telefónicas en las líneas habilitadas por cada banco para esa finalidad. Junto a este ambiente de crispación generado entre los ahorradores, se sumó el de los jubilados, que hoy comenzaron a cobrar sus haberes, y que, debido a la escasez de fondos en los cajeros automáticos, se vieron obligados a pasar por la ventanilla para recoger su dinero.
En cuanto a las consultas realizadas, según confirmó el gerente de una de las sucursales afectadas, la mayoría se centraron en los requisitos necesarios para abrir una caja de ahorro o una cuenta corriente, instrumentos indispensables para realizar de aquí a 90 días los pagos que excedan los 250 pesos (igual en dólares) semanales impuestos por el Gobierno. En este sentido, cada entidad bancaria exige un coste de apertura de una caja de ahorro o cuenta corriente, así como lo referente al tiempo de entrega de las tarjetas: mientras el Banco Nación anuncia que las abrirá sin costes, otras entidades mantienen precios que oscilan entre los 5 y 10 pesos (igual en dólares) que son unas 1.500 pesetas, aproximádamente.
Pese a esta situación, el Gobierno sostuvo que la gente y los bancos reaccionaron con «una gran calma». Además, para cualquier duda, habilitó esta tarde una línea gratuita de consultas sobre las nuevas medidas económicas. «Hemos observado una gran calma, los bancos atendieron desde el principio y lo seguirán haciendo hasta tarde y la gente también reaccionó con muchísima calma. Esto nos da un ejemplo de tranquilidad que es buena que todos tengamos», enfatizó el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo.