El futuro de Afganistán comenzará a decidirse próximamente en una conferencia interafgana en Alemania, a la que el gobierno provisional de Burhanudín Rabani ha garantizado su asistencia tras varios días de dudas. El enviado especial adjunto de la ONU para Afganistán, Francesc Vendrell, mostró sus «grandes esperanzas» en esta conferencia, a la que asistirán representantes del ex rey exiliado en Roma, Zahir Shah, y otros grupos considerados representativos.
El representante permanente de Alemania ante la ONU, Hanns Heinrich Schumacher, confirmó que las conversaciones se celebrarán a partir del próximo lunes 26, en el centro de conferencias del Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín. Vendrell apareció en rueda de prensa en la capital afgana acompañado por el ministro de Exteriores del Frente Unido, como ahora se hace llamar la Alianza del Norte en el gobierno en Kabul desde el martes 13, quien había abandonado su habitual indumentaria militar para lucir un impecable traje de corte occidental.
En la reunión de Alemania estarán presentes varios intelectuales afganos conocidos como «Grupo de Chipre» y los pastunes (etnia mayoritaria en Afganistán) que el pasado mes asistieron a la llamada Conferencia de Peshawar (Pakistán), liderados por Pir Gailani. Asimismo, manifestó su esperanza de que el Frente Unido -que mayormente representa a etnias norteñas como uzbecos y tayikosenvíe entre sus representantes a algún miembro de la comunidad hazara, los chiítas afganos, «que han sido los más discriminados en el pasado».
Sin embargo, Vendrell dijo que no ha tenido la oportunidad de asociar a ese foro a los pastunes del este, liderados por el gobernador de Nangarhar, Hajji Qadiri, cuya fidelidad al gobierno de Rabani es más que dudosa. Precisamente Nangarhar, cuya capital es Jalalabad, es una de las zonas «problemáticas» por la inseguridad reinante, y fue en esta zona donde ayer fueron asesinados cuatro periodistas, entre ellos un español.
Abdulá Abdulá quiso puntualizar a Vendrell al precisar que es «improbable» que en la conferencia de Alemania se pueda decidir la formación de una fuerza multinacional que garantice la paz y seguridad en Afganistán, tal como había sugerido el enviado de la ONU. El gobierno de Rabani se ha mostrado muy reacio a aceptar la instalación de fuerzas extranjeras en Afganistán, incluso las de sus aliados británicos y norteamericanos que con sus bombardeos sobre las posiciones talibán desde el pasado 7 de octubre les han ayudado a hacerse con el poder en Kabul. Un contingente de 6.000 soldados británicos está a punto de llegar al aeródromo de Bagram (norte de Kabul), pero Abdulá mostró su contrariedad porque «no hemos sido consultados», y repitió que su gobierno debe ser consultado ante decisiones de esa magnitud. La conferencia de Alemania, dijo Vendrell, es de todas formas «un primer paso, no el último» en la búsqueda de un gobierno representativo para Afganistán.