Air France reanudó ayer los vuelos comerciales con Nueva York de sus Concorde, más de 15 meses después del accidente en que murieron 113 personas y en plena crisis del tráfico aéreo, que complicará aún más la rentabilidad de un avión que fue desde el principio un fiasco financiero.
El vuelo AF002 del Concorde «Sierra Delta» despegó del aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle en dirección a Nueva York con casi veinte minutos de retraso, a las 10.48 locales (9.48 GMT), para posarse tres horas y 55 minutos más tarde en el aeropuerto Kennedy, la mitad del tiempo de un vuelo no supersónico.
A bordo iban 92 pasajeros, entre ellos el ministro francés de Transportes, Jean-Claude Gayssot, y el presidente de Air France, Jean-Cyril Spinetta, y en la cabina, como copiloto, estaba la primera mujer que se pone a los mandos del Concorde, Beatrice Vial. Todos ellos iban a ser recibidos al otro lado del Atlántico por el alcalde saliente de Nueva York, Rudolph Giuliani.
La británica British Airways, la otra aerolínea que cuenta en su flota con el Concorde y que también reanudó ayer los vuelos comerciales a EE UU, realizó ayer dos vuelos, incluido uno fletado por el primer ministro, Tony Blair, para reunirse en Washington con el presidente George W. Bush.