El Gobierno alemán pondrá a disposición de Estados Unidos un contingente de 3.900 soldados para una misión prevista para un año, a pesar de las críticas en las propias filas roji-verdes acerca de los objetivos y alcance de la operación.
El canciller, Gerhard Schröder, anunció ayer la determinación de su Ejecutivo de «plasmar» en la práctica su reiterado compromiso de «solidaridad ilimitada» en la lucha contra el terrorismo internacional con el apoyo militar requerido formalmente por EE UU.
Washington ha pedido tecnología para detectar armas atómicas, biológicas y químicas "lo que incluye blindados de rastreo «Fuchs» y un contingente de 800 soldados", unidades para evacuar heridos (250 solados), unidades aéreas sanitarias y de transporte (500), así como de la marina (otras 1.800). Asimismo, se pondrá a disposición de Estados Unidos unos 100 miembros de unidades especiales.
Según Schröder, en la petición no se incluyen ni el envío de tropas terrestres ni la participación de aviones de combate. De acuerdo con los planes del canciller, el Consejo de Ministros aprobará hoy la resolución pertinente para la misión, a la que seguirá una declaración del Gobierno ante el Parlamento federal, el jueves.