El FBI y la CIA creen que los ataques con ántrax que se registran en Estados Unidos son obra de terroristas estadounidenses y no de seguidores de Osama Bin Laden, según publicó ayer el prestigioso diario «The Washington Post». El diario, en una información firmada por el periodista Bob Woodward, un experto en espionaje, indica que, tras llegar a esta conclusión, las autoridades están cada vez más preocupadas por el hecho de que estos ataques bioterroristas están desviando la atención de lo que puede ser una amenaza mayor, ésa sí procedente de Bin Laden y su grupo.
Estados Unidos cree que Bin Laden y su grupo, tras los atentados del 11 de septiembre, pueden estar preparando en estos momentos un segundo ataque de gran magnitud contra Estados Unidos, que se puede producir en cualquier momento. En estos momentos, según Woodward, el FBI está considerando una amplia gama de posibilidades domésticas en su investigación de los ataques bioterroristas, que incluyen desde las milicias ultraderechistas que odian al Gobierno y todo lo que representa, hasta a aquellas personas que sienten simpatía por las causas islámicas extremistas. «Todo parece conducir hacia una fuente doméstica», indican las fuentes que cita el Post y que destacan también «que nada cuadra con la idea de que se trate de una operación terrorista procedente del extranjero».
Desde que comenzaron los ataques con ántrax a principios de este mes, tres personas han fallecido, al menos otras once se encuentran infectadas "más de la mitad con carbunco pulmonar, la forma más grave de la enfermedad" y unas miles más se encuentran en tratamiento de antibióticos para prevenir la aparición de la enfermedad. El ataque más serio de cuantos se han registrado es el dirigido contra la oficina del senador Tom Daschle, líder de la mayoría demócrata del Senado, quien recibió una carta conteniendo una variedad extraordinariamente pura y peligrosa de ántrax. Las autoridades consideran que es posible que haya o haya habido más cartas como ésta en el correo, pero ese extremo no se ha confirmado hasta ahora. Esa carta ha obligado a realizar una exhaustiva revisión de todo el complejo del Congreso, así como de la oficina de correos que manejó la carta en cuestión y en la que se registraron varios infectados, dos de los cuales han fallecido.
Por otra parte, aunque en relación con este mismo asunto, esporas del bacilo de ántrax (carbunco) fueron encontradas ayer en las oficinas de tres miembros de la Cámara de Representantes, anunció un portavoz oficial. Las instalaciones de la Cámara Baja permanecen cerradas desde el pasado 18 de octubre tras descubrirse cartas contaminadas en el Congreso de Estados Unidos, y la recepción de la correspondencia ha sido suspendida desde esa fecha para facilitar las investigaciones. Las esporas del carbunco fueron localizadas en las oficinas de los representantes demócratas por Nueva Jersey, Rush Holt, y de John Baldacci, de Maine, y del republicano Mike Pence, de Indiana, dijo esta noche el teniente de la policía legislativa Dan Nichols.
Las secciones de esos legisladores están situadas en el sexto y séptimo pisos del edificio Longworth, de la Cámara de Representantes, en la zona este de la ciudad de Washington. La pasada noche el mismo policía informó de que se habían descubierto más pruebas del bacilo de ántrax en el edificio Hart, del Senado, que continúa cerrado desde el 15 de octubre tras descubrirse esa bacteria en una carta enviada al líder de la mayoría demócrata de la Cámara Baja, Tom Daschle, de Dakota del Sur.
Además, las autoridades paquistaníes confirmaron ayer que un empleado de un banco extranjero en Karachi ha contraído la enfermedad del ántrax (carbunco) después de que una carta que contenía esporas de la temida bacteria llegara a su oficina. Se trata del primer caso en Pakistán de infección por carbunco a raíz del llamado «bioterrorismo».