La flamante ley antiterrorista refuerza los poderes de las autoridades para detener a extranjeros sospechosos de ser terroristas, pero también puede perjudicar a otros que no han cometido delitos, señalaron analistas. «Esta ley apunta a no inmigrantes, la gran mayoría de los cuales se encuentra aquí legalmente, como turistas, en viaje de negocios, o como estudiantes, y también puede ser utilizada contra inmigrantes legales, contra residentes permanentes», dijo Kathleen Newland, codirectora del Instituto de Política Migratoria.
«Estos nuevos poderes pueden ser utilizados (...) contra inmigrantes que están legalmente dentro de nuestras fronteras», sostuvo por su lado Gregory T. Nojeim, director asociado del Sindicato de Libertades Civiles de Estados Unidos, al diario 'The Washington Post'. A partir del viernes, visitantes o inmigrantes sospechosos de ser terroristas pueden ser detenidos durante siete días sin que se presenten cargos en su contra, aunque para ser mantenidos bajo custodia deben ser acusados.
La Casa Blanca había pedido inicialmente la detención «indefinida» de inmigrantes sin que fuera necesario acusarlos ante la justicia. «Estar detenido durante siete días sin que se te acuse de nada no sólo implica una gran indignación sino también un gran sufrimiento, y mucha gente en este país piensa que el centro de atención de la ley los coloca bajo sospecha», estimó Newland.