La invasión israelí de seis ciudades de Cisjordania, que ya ha causado 25 muertos y casi cien heridos, ha impulsado una nueva ofensiva diplomática para restablecer el bloqueado proceso de paz con la participación, desde ayer, del responsable de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Javier Solana. El representante europeo llegó anoche a Israel para viajar posteriormente a Gaza y reunirse con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat.
La invasión con carros de combate de distritos de las ciudades de Jenin, Ramala, Belén, Tulkarem, Naplusa y Kalkilia ha causado hasta el momento la muerte de 24 palestinos y un israelí. Además del cerco a los territorios bajo su control, Arafat tropieza con una creciente oposición entre los activistas palestinos. El grupo 'tamzim', la milicia del movimiento Al Fatah, dio ayer un ultimátum a las tropas israelíes para que se retiren «en las próximas horas» o atacarán y pondrán sitio al barrio-asentamiento judío de Guiló, en Jerusalén. Fuentes palestinas indicaron que los 'tamzim' ya han emplazado morteros frente a Guiló, barrio levantado por Israel en territorios palestinos tras la Guerra de los seis días.
Los 'tamzim' dicen que si las fuerzas israelíes no evacúan Belén (situada a seis kilómetros al sur de Jerusalén), los pueblos de Bet Yala y Bet Sajur, y dos campamentos de refugiados palestinos, atacarán el barrio de Guiló, poblado por 45.000 personas.
Solana también se entrevistará hoy con Sharon; el titular de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, y el presidente del Parlamento israelí, Abraham Burg. El Partido Laborista amenazó ayer al primer ministro con abandonar el Gobierno de unidad nacional si el Ejército israelí no se retira de los territorios palestinos invadidos en Cisjordania. Según una resolución del grupo parlamentario laborista, el abandono se producirá en caso de que las tropas israelíes continúen ocupando los territorios de la Autoridad Nacional Palestina y de que permanezcan los intentos por parte de Sharon y sus aliados de desligitimar a su presidente, Yaser Arafat.