Cuatro palestinos murieron ayer en la cuarta jornada de enfrentamientos armados desde que el Ejército israelí invadió zonas palestinas en Cisjordania, mientras en Israel los laboristas amenazan con abandonar el Gobierno de Ariel Sharon si no ordena la retirada de las tropas.
Dos palestinos murieron por la mañana y otros dos por la tarde en enfrentamientos directos con las tropas hebreas, aunque una mujer falleció por una 'bala perdida'. Los choques armados en Cisjordania se han recrudecido desde que Israel se lanzó el jueves a una campaña de represalias por el asesinato de su ministro de Turismo, Rejavam Zeevi, y a la ocupación de zonas estratégicas en casi todos los distritos palestinos de Cisjordania.
El Ejército israelí adelantó ayer sus posiciones en algunas de esas zonas y las ha reforzado, lo que ha sido interpretado como un indicio de su intención de permanecer en ellas un tiempo prolongado. «No tenemos ningún interés en permanecer en los territorios autónomos palestinos ni intención de amenazar la integridad (política) de la ANP, pero sí pensamos quedarnos hasta que (el presidente Yaser) Arafat decida luchar contra el terrorismo», aclaró el ministro israelí de Defensa, Benjamín Ben Eliezer.
El titular de Defensa es el único de los ocho ministros laboristas que ayer se abstuvo de criticar a Sharon. La invasión del territorio de la ANP ha sembrado división en el seno del Consejo israelí de Ministros y puede amenazar la estabilidad del «gobierno de unidad nacional», dijeron hoy los observadores.
El Partido Laborista considera que la ocupación de territorios palestinos que ya habían sido transferidos a la ANP es una peligrosa escalada, y más aún si su permanencia en dichas zonas se prolonga de forma indefinida.