RAFAEL CAÑAS"SHANGAI
La guerra contra el terrorismo internacional se ha convertido en un
factor de acercamiento entre Estados Unidos y China, dos países
separados por grandes diferencias pero que han hallado un
importante nuevo punto en común. Los atentados y la respuesta
posterior dominaron ayer la primera reunión entre los presidentes
Bush y Jiang Zemin, en la que ambos mandatarios sellaron la mejora
de las relaciones entre ambos países que se ha producido en los
últimos meses.
«Creemos que tenemos un apoyo completo y total por parte de China», afirmó Bush. En lo que pareció una matización de su apoyo, Jiang pidió que los objetivos de los ataques estadounidenses sean cuidadosamente seleccionados para evitar «víctimas inocentes», y solicitó un papel protagonista para la ONU.
Sin embargo, la parte estadounidense no lo consideró «como la presentación de condiciones» por parte china para mantener el apoyo a Washington, ya que «EE UU ya está haciendo todo lo que puede para evitar víctimas civiles» y quiere que la ONU dirija la reconstrucción de Afganistan. Entre la reunión bilateral y un almuerzo posterior, Jiang y Bush estuvieron juntos cerca de tres horas, en lo que la fuente estadounidense definió como «un encuentro cordial que permitió iniciar una buena relación personal».