La policía federal (FBI) dijo ayer que tiene informes que alertan sobre la posibilidad de que se cometan nuevos atentados terroristas en EE UU en los próximos días, aunque no especificó cuál es la amenaza concreta. «Cierta información, que no permite especificar los objetivos, da al Gobierno razones para creer que podría haber ataques terroristas adicionales en Estados Unidos y contra los intereses estadounidenses en el exterior en los próximos días», señala el FBI en un comunicado de advertencia. El FBI ha alertado a todas las agencias de seguridad estadounidenses para que extremen las medidas de precaución y se mantengan en la máxima alerta. Mientras, en una ceremonia plagada de simbología patriótica y religiosa, el presidente George W. Bush prometió junto al boquete calcinado de un ala del Pentágono destruir al terrorismo con «todas las armas» del arsenal estadounidense, sin descanso y «hasta que se haga justicia» contra los responsables de los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre.
El presidente de EE UU asistió en el emblemático edificio a la ceremonia que recordó a las víctimas de los atentados, con un total de más de 5.500 muertos y desaparecidos. Ceremonias de todo tipo, sobre todo en Nueva York y Washington, recordaron los atentados de hace un mes, que conmocionaron al país hasta límites insospechables, pero también multiplicaron los gestos de solidaridad y unidad nacional. Bush recordó que los atentados trajeron al país «una profunda pena» de la que ha surgido «una gran determinación» para luchar contra el terrorismo, y la nación está ahora «decidida a lograr la victoria». Al hablar de las operaciones militares en marcha, explicó que «uno a uno, estamos eliminando los puntos fuertes de un régimen que cobija a Al-Qaeda», y prometió que EE UU «nunca descansará en la guerra contra el terrorismo».
Bush hizo hincapié en que el régimen talibán contó con la oportunidad de evitar las operaciones militares, pero que «hizo una elección equivocada», por lo que «hoy, no hay refugio para la organización Al-Qaeda y los talibán». Mientras los aviones norteamericanos continúan bombardeando objetivos en suelo afgano por quinto día consecutivo y se preparan ya posibles operaciones terrestres, el presidente prometió a los militares que tendrán «todos los medios necesarios» para lograr «una victoria total para Estados Unidos y la causa de la libertad». También atacó a los talibán por considerarse «hombres santos, píos y devotos», mientras obtienen beneficios del tráfico de heroína y tratan con «brutalidad feroz» a las mujeres.