El primer ministro británico, Tony Blair, ofreció ayer detalles de la «directa vinculación» del millonario de origen saudí Usama Bin Laden con los atentados terroristas del 11 de septiembre en EE UU, asegurando que al menos tres de los 19 terroristas suicidas recibieron entrenamiento en los campos de Bin Laden en Afganistán. Blair, que realizó estas declaraciones durante una comparecencia en la Cámara de los Comunes, detalló que de estos tres secuestradores 'kamikazes', al menos uno tuvo un papel principal en los atentados contra las embajadas estadounidenses en Nairobi (Kenia) y Dar es Salam (Tanzania) en agosto de 1998, que se saldaron con más de 250 muertos y 4.000 heridos.
Por ello, los documentos que Blair presentó a la Cámara demostrarían asimismo la responsabilidad de Bin Laden en estos atentados contra las embajadas, así como los ataques en 1993 en Somalia. Señaló además que Bin Laden había advertido a sus colaboradores de «la inminencia» de un ataque antiamericano poco antes de los atentados contra Nueva York y Washington, indicando que «varias personas recibieron el aviso de volver a Afganistán debido a una acción que iba a producirse el 11 de septiembre o por esas fechas».
Aseguró que, además de la implicación de Bin Laden, la implicación del Gobierno talibán es clara ya que Bin Laden «ofrece tropas, dinero y armas» para que los 'estudiantes de Teología' luchen contra la Alianza del Norte y a cambio Afganistán apoya y esconde a los terroristas. Tony Blair apuntó, por ello, que si el régimen de los mulá no deja de apoyar al terrorismo internacional, «será necesario actuar para conseguir un cambio de régimen en Afganistán» que, según Blair, favorecerá a la población civil. Durante su comparecencia, Blair también se refirió a los ataques racistas que están sufriendo algunos musulmanes en el Reino Unido, subrayando la necesidad de tratar con respeto a esta comunidad «porque los países democráticos no están luchando contra el Islam sino contra el terrorismo».