La policía detuvo ayer a tres presuntos miembros de una célula anarquista, a los que se les atribuye la colocación en los últimos meses en Madrid de artefactos explosivos en el marco de una campaña internacional del denominado «triángulo anarquista mediterráneo», formado por España, Italia y Grecia. Fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid explicaron en el día de ayer que dos de los detenidos, los madrileños David G.B., de 23 años, y David G.G., de 27, fueron arrestados en la capital de España, y el tercero, el ovetense Ignacio D.L., de 32, en Oviedo, todos ellos como presuntos autores de delito de «terrorismo/estragos».
La policía investiga si iban a cometer alguna acción con motivo de la presidencia española de la Unión Europea que comienza el próximo 1 de enero. En los registros efectuados en sus domicilios por orden del juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco se hallaron instrumentos y otros efectos relacionados con los hechos que se les atribuye y que se están investigando, referidos tanto a su vinculación con la célula como con la elaboración de artefactos. La policía mantiene abierta las pesquisas para determinar si han participado en otras acciones, si planeaban otras y si podrían extenderlas tanto por Madrid, como por Barcelona, Valencia, Asturias y País Vasco.
Las detenciones, llevadas a cabo por la mañana, son fruto de las investigaciones de la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que se han venido desarrollando desde finales del pasado año, acerca de la actuación de diferentes células anarquistas violentas.
La policía considera que los tres detenidos ayer formaban una célula anarquista con vinculaciones en Italia y les atribuye la colocación de diversos artefactos explosivos en los últimos meses en Madrid, uno de los cuales estalló sin causar heridos, el pasado 25 de julio en un concesionario de coches. En concreto, participaronsupuestamente en la colocación el pasado 11 de junio de sendos artefactos explosivos que fueron desactivados por la policía, uno junto al edificio de Telefónica en la calle de Marroquina, en el barrio madrileño de Moratalaz, y el otro en la entrada del concesionario de automóviles Ford, en la calle de Carmen Cobeña.