La Reserva Federal recurrió, por novena vez en lo que va de año, a una reducción de los tipos de interés para estimular el gasto de los consumidores, mientras la economía de EE UU sigue al borde de la recesión. El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (Fed o banco central) fijó ayer en el 2'5 por ciento el tipo de interés que se cobran los bancos en préstamos a corto plazo, con lo que pasa de tener en enero la tasa más alta desde 1991 (6'5 por ciento), a la más baja desde 1962. Con una inflación del 2'7 por ciento durante los últimos doce meses, el tipo de interés real en EE UU está ahora cerca del cero por ciento.
La decisión de la Fed, esperada por la mayoría de los analistas, no impresionó demasiado a Wall Street y a poco de conocerse el anuncio había bajadas leves en los índices Dow Jones de Industriales y S&P 500, y alzas menores en el índice Nasdaq. Las bolsas de Wall Street reaccionaron positivamente con una subida de más de 100 puntos ante el anuncio de la Reserva Federal de un recorte de medio punto porcentual de los tipos de interés, fijándolos a un 2'5 por ciento. La sesión empezó con una tendencia al alza y poco después del anuncio de la reducción de las tasas de interés, el noveno recorte de este año, reaccionó a la baja, pero recuperó el terreno perdido al cierre de la jornada.
Por su parte, George W. Bush, que negocia con el Congreso un programa de estímulo económico, dijo que «hay penurias económicas» en EE UU, pero comentó que las alarmas sobre recesión las dejaba «para quienes juegan con las cifras». En cambio, su correligionario Richard Armey, jefe del grupo parlamentario republicano en la Cámara de Representantes, sostuvo que el país ya está en recesión y por eso se necesita «tan pronto como sea posible» otra reducción de impuestos.