El presidente de EE UU, George W. Bush, anunció ayer que ha congelado todos los bienes de Osama bin Laden y su grupo en el país, así como de 27 organizaciones no gubernamentales que, «bajo nombres que suenan bien», podrían apoyar al terrorismo, en lo que él mismo definió como un «ataque financiero» contra el terrorismo. Estas entidades se refieren también a líderes terroristas y a cualquier organismo que actúe como tapadera de actividades terroristas en este país. «Deben saber que, si hacen negocios o si apoyan al terrorismo, no harán negocios en Estados Unidos», dijo el presidente, quien indicó que la orden ejecutiva está en vigor desde la medianoche de ayer.
Bush, que compareció ante la prensa acompañado por los secretarios del Tesoro y de Estado, Paul O'Neil y Colin Powell, subrayó que «esta lista es sólo el principio»; aseguró que seguir la pista del dinero de los terroristas es una forma de perseguirles y dijo que la lista de congelación de los activos es una especie de «lista de los más buscados».
Al mismo tiempo, pidió a otros países que colaboren en la congelación de los activos de Bin Laden, porque dijo que «muchos de sus activos no están en bancos de Estados Unidos». «Estamos advirtiendo a los bancos e instituciones financieras de otros países. Si fallan en ayudarnos a compartir información o congelar cuentas, el Departamento del Tesoro tiene la autoridad para congelar sus bienes en EE UU». O'Neill agregó que quieren ir contra la infraestructura de los grupos terroristas y subrayó que cuentan con la colaboración de los países más industrializados del mundo (G-7) así como de Rusia.
Por otra parte, Bush pidió al Congreso que autorice el levantamiento de todas las restricciones existentes a la hora de entregar armas y ayuda militar a países considerados anteriormente enemigos y que ahora podrían ayudar en la lucha contra el terrorismo a nivel global. Entre estos países, según «The Washington Post», estarían Siria, Irán, Pakistán, China e India.