El primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el presidente palestino, Yaser Arafat, ordenaron ayer a sus respectivas fuerzas de seguridad un alto al fuego que, en caso de respetarse, puede restablecer el proceso de paz entre ambos pueblos. La orden de Sharon se produjo unas horas después de la impartida por Arafat, anunciada en Gaza tras un encuentro con cuarenta diplomáticos, entre ellos varios de países árabes.
Sharon prometió poner fin a las devastadoras operaciones de represalia del Ejército israelí en respuesta a ataques palestinos, sobre todo contra jefaturas de los organismos de seguridad de la ANP en Gaza y Cisjordania, si Arafat proclamaba un cese de las hostilidades y se registraban al menos «48 horas de calma total». Ésa también era la condición para que el primer ministro autorizara al titular de Asuntos Exteriores, Simón Peres, a reunirse con Arafat para negociar el alto el fuego. El propio Peres afirmó que «ha llegado el momento de celebrar una reunión», pero no dijo en qué momento se celebrará ni en qué lugar, lo que puede ser objeto de negociación.
Poco después, el comandante de las Fuerzas Armadas de Israel, general Shaul Mofaz, ordenaba la evacuación militar de las ciudades autónomas de Jenin y Jericó, de Cisjordania, y el cese de todas las operaciones contra los palestinos. El Ejército israelí invadió la ciudad de Jenín, bajo control de la ANP, hace más de diez días y desde hace una semana sus fuerzas ocupaban el sur de Jericó, en represalia por ataques contra objetivos israelíes por parte de activistas palestinos.
Por su parte, el portavoz del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) en Gaza, Abdel Asis Rantisi, declaró ayer que su organización no acepta el alto al fuego porque «eso sólo servirá para prolongar la ocupación» de Israel en Gaza y Cisjordania. Fuentes militares israelíes veían con escepticismo el futuro del alto al fuego y destacaban que el líder de su movimiento Al Fatah en Cisjordania, Maruán Barguti, jefe de la milicia «Tanzim», también se opone al cese de las operaciones y del levantamiento de los palestinos por su independencia nacional.
Arafat ha comunicado al presidente de EE UU, George Bush, que está dispuesto a unirse a la coalición antiterrorista que este último quiere crear para responder a los atentados. En declaraciones al término de su encuentro con representantes de cuerpo diplomático, Arafat aseguró haber «informado a Estados Unidos de que ponemos todas nuestras capacidades a su disposición». «Estamos dispuestos a participar en una alianza internacional con vistas a poner fin al terrorismo contra civiles inocentes», subrayó.