En lugar de la ruptura, las autoridades insistieron en que buscarán que se apruebe una serie de medidas para evitar que Microsoft continúe abusando de la posición dominante. El Departamento de Justicia anunció ayer que no continuará buscando en los tribunales la división de la compañía, y también que renuncia a perseguir la posible ilegalidad de la vinculación del navegador para internet Explorer al sistema operativo Windows.
La partición de Microsoft fue decidida el año pasado por el juez federal Thomas Penfield Jackson, quien presidió el juicio que siguió a la demanda presentada por el Departamento de Justicia y 20 Estados del país por abuso de posición dominante. En junio pasado, un tribunal de apelaciones anuló la división del gigante informático de Redmond (Washington), pero validó el veredicto de culpabilidad contra la compañía, y devolvió el caso a un juez federal para la decisión de nuevas sanciones.
La decisión fue considerada lógica por varios juristas a la luz del veredicto de junio. Un alto funcionario del Departamento de Justicia explicó que sería «un error de bulto» pensar que se ha hecho una concesión a Microsoft, ya que se buscarán sanciones que puedan ser aplicadas «en el curso de nuestra vida». Si se hubiera mantenido la petición de la división de la empresa Microsoft, cualquier decisión hubiera sido apelada por la parte perdedora hasta llegar al Tribunal Supremo, por lo que la solución final se hubiera alargado unos cuantos años. Ahora, se abren nuevas perspectivas de un posible acuerdo.
La decisión unánime del tribunal de apelaciones acerca de que Microsoft violó las leyes antimonopolio para mantener su posición dominante sobre los sistemas operativos de ordenadores personales, «ha establecido una base para un remedio», señaló Justicia en un comunicado. Ese remedio «terminaría la conducta ilegal de Microsoft, evitaría su recurrencia y abriría el mercado de sistemas operativos a la competencia», según considera el Gobierno.