El presidente de Bolivia, Hugo Banzer, aquejado de cáncer de pulmón e hígado, puso fin ayer a los rumores sobre su renuncia y anunció que traspasará el mando de la nación al vicepresidente, Jorge Quiroga, el próximo 6 de agosto. El anuncio fue realizado por el portavoz gubernamental, Manfredo Kempff, quien aseguró que Banzer adoptó esta decisión «por voluntad propia» y no por presiones, a pesar de las crecientes peticiones de políticos y empresarios para que renunciara.
Kempff se encontraba en Miami, en una escala de su viaje de regreso de Washington, donde Banzer recibe tratamiento contra el cáncer y hasta donde se desplazó para ayudar al mandatario boliviano a elaborar el mensaje que dirigirá a la nación el 6 de agosto, día de la Independencia de la República. Jorge Quiroga asumirá el mando de forma automática ese día, en el que se conmemora el aniversario de la independencia nacional, de acuerdo con Constitución del país, al que gobernará durante doce meses hasta la celebración de las elecciones.
Los miembros del gabinete de Banzer pondrán sus cargos a disposición del nuevo presidente, que, a sus 41 años, se convertirá en uno de los mandatarios más jóvenes que ha tenido esta nación. La renuncia de Banzer responde a una decisión «patriótica» ya que ejercer el mando de la nación requiere «una plenitud de fuerzas, mucho sacrificio, vigor físico y una presencia permanente en el país» que no se puede asegurar, afirmó el ministro de Información.
La retirada del presidente Hugo Banzer, que se produce un año antes del fin del mandato constitucional, «aclara la situación de dudas y especulaciones surgidas en el país en las últimas semanas» y despeja el panorama político, según Kempff. Las presiones a favor de una renuncia del mandatario se incrementaron en los últimos días por parte de los partidos de la oposición.