Más de un millón y medio de personas, encabezadas por el presidente Fidel Castro, acompañado del Hojjatoleslam, Hajj Seyed Hassan Jameini, y Seyed Reza Mostafavi, nietos del líder de la revolución islámica de Irán, Ayatolá Ruholá Jomeini, desfilaron ayer, día de la conmemoración del ataque al cuartel Moncada, frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana para exigir la liberación de cinco cubanos detenidos en Miami (Florida) y por el fin de la política hostil del Gobierno norteamericano hacia Cuba, en concreto por el cese del embargo económico.
Coincidiendo con la conmemoración de las fiestas por el 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional en la isla, los cubanos, formados en columnas organizadas por barrios, lugares de trabajo y estudio, iniciaron la marcha desde la Avenida del Malecón y otras grandes avenidas de la capital hacia la sede diplomática norteamericana. Portando pancartas, banderas y fotos del guerrillero Ernesto 'Che' Guevara, muchos de ellos vestidos con camisetas blancas y rojas, los manifestantes coreaban consignas contra el embargo a Cuba, por la liberación de los cubanos detenidos en Miami, contra el gobierno de Bush.
En respuesta a esto, el Congreso estadounidense aprobó una ley por la que se suavizaba el embargo contra Cuba, suprimiendo la prohibición de viajar a la isla a los ciudadanos estadounidenses. Esta medida, aprobada por 240 votos a favor y 186 en contra, debía ser examinada por el Senado y firmada por el presidente. Pero Bush se opone a un levantamiento de las restricciones. «El presidente no apoya eso. Piensa que es importante enviar un mensaje enérgico contra la represión en Cuba y esa no es una medida que el presidente respalde», dijo un portavoz de la Casa Blanca.