La Administración Pública argentina quedó ayer prácticamente paralizada a causa de la huelga de funcionarios que precede al paro nacional convocado por las centrales sindicales del país en rechazo del ajuste económico.
A la huelga de empleados del Estado, que incluye la realización de marchas de protesta en varias de la ciudades más pobladas, se han adherido los maestros y profesores de las universidades estatales, que reclaman subidas salariales. Portavoces de los sindicatos de los empleados públicos afirmaron que la huelga cuenta con un índice de participación superior al 90 por ciento y afecta a todos los organismos, incluyendo a los hospitales y al Banco de la Nación, el mayor del país.
El líder de la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE), Juan González, subrayó que la adhesión a la protesta demuestra «la unidad» del sindicalismo «para revertir en serio esta política y esta lógica perversa de ajustar a los que menos tenemos». González aseguró que habrá un mismo nivel de participación en la huelga de 24 horas convocada por las tres centrales sindicales del país en rechazo de los recortes salariales en el sector público y de las pensiones dispuesta por el Gobierno para eliminar el déficit del Tesoro.