El rey Simeón de Sajonia Coburgo, líder de la Alianza Nacional Simeón II (NDS II), confirmó ayer que aceptará convertirse en primer ministro de Bulgaria cuando el presidente de la República, Petar Stoyanov, se lo ofrezca este domingo. «Con gran emoción, pero con mucha responsabilidad, y considerando la voluntad que expresaron los votantes, acepto el cargo», declaró Simeón, propuesto ayer por su partido, por lo que Stoyanov le encomendará la formación del Gobierno. Esta será la primera vez en la historia de Europa que un rey, desterrado de niño, vuelve triunfal a su patria y encabeza un Gobierno republicano.
Para Simeón, lo principal es ahora ponerse manos a la obra en Bulgaria, uno de los países más deprimidos de la Europa ex comunista. Un día podría entrar en consideración la cuestión de Monarquía o República, ha solido decir «el rey que llegó de Madrid», su lugar de exilio durante decenios. Antes de que se plantee la cuestión de la forma del Estado, Simeón de Sajonia Coburgo promete encarrilar a Bulgaria por la vía del progreso y el bienestar en los actuales cauces republicanos y con un Parlamento que acepte esta Constitución.
El partido de Simeón, la NDS II, cuenta con 120 del los 240 escaños del Parlamento, tras haber arrollado en los comicios del 17 de junio a la derecha y la izquierda tradicionales, que habían decepcionado al electorado. Simeón está a un voto de distancia de la mayoría absoluta para gobernar en solitario, pero desde que entró en la liza electoral explicó que quería que su partido gobernara con una amplísima base para consensuar el resurgimiento de Bulgaria.
Durante un tiempo se dio por seguro que la NDS II entraría en coalición con el Movimiento por los Derechos y las Libertades (DPS), de la minoría turca. La Formación de los búlgaros de origen turco cuenta con 21 escaños, que en este contexto puede permitir a Simeón gobernar sobre esa sólida bisagra política. Sin embargo, las negociaciones de los últimos días parecen indicar que Simeón prefiere como aliado a la coalición conservadora liberal Fuerzas Democráticas Unidas (ODS), que tiene 51 diputados y es afín a los principios de Estado democrático de corte occidental.