Varios cientos de manifestantes antiglobalización provocaron ayer una auténtica batalla campal en el centro de Gotemburgo (Suecia), con sus protestas contra el Consejo Europeo que se celebra ayer y hoy en la ciudad, que pretende tomar decisiones para impulsar la ampliación de la UE y el medio ambiente. El balance, según la policía, es de 10 detenidos acusados de crímenes y otras 500 personas arrestadas durante todo el día de ayer. Nueve policías resultaron heridos leves y, según otras fuentes, cerca de 20 manifestantes tuvieron que recibir también atención médica.
Además, escaparates rotos en la avenida principal por el impacto de los adoquines, cuatro delegaciones nacionales abandonando sus hoteles y un mal sabor de boca para los líderes europeos, sobre todo para la presidencia sueca, anfitriona de la reunión y que, como primera medida, se reunió ayer con representantes de las organizaciones convocantes para intentar evitar la violencia. La policía no podía garantizar la seguridad de estar cuatro delegaciones por lo que tuvieron que cambiar de hotel para dormir.
El primer ministro sueco, Goran Persson, calificó de «bandas criminales» a los manifestantes violentos. «Es algo serio porque están retando a la democracia», manifestó en rueda de prensa el presidente de turno del Consejo Europeo, que destacó que los líderes europeos que se reúnen hoy están elegidos democráticamente por sus ciudadanos, y se reúnen porque «cooperar es necesario».
Los organizadores de la Cumbre cancelaron las cenas de los jefes de Estado y Gobierno y de los ministros de Exteriores y Economía, que estaba previsto celebrar en restaurantes de la ciudad, y anunciaron que las cenas de trabajo tendrán lugar en el propio centro de conferencias donde se celebra el Consejo.