El presidente estadounidense, George W. Bush, reiteró que al único acuerdo internacional de recorte de emisiones contaminantes, que su país no pretende aplicar, le falta «realismo», mientras que los Quince insistieron en que pretenden ratificarlo cuanto antes. Ambas partes dijeron que el cambio climático es el mayor problema global al que se enfrentan, pero confirmaron que no están de acuerdo en que el protocolo anejo al Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU, firmado hace ya casi cuatro años, sea el instrumento idóneo para combatirlo.
El presidente de turno de los Quince, el primer ministro sueco Goran Persson, reconoció que la Unión y Estados Unidos no están de acuerdo nada menos que en la «sustancia» de Kioto, un compromiso internacional que aún no ha entrado en vigor para que los países industrializados recorten sus emisiones más contaminantes. Bush, quien ayer celebró su primera cumbre con la Unión Europea, no dio su brazo a torcer, tal y como se esperaba, sobre la política para frenar el cambio climático, por mucho que empleó un tono conciliador y moderado al referirse al Protocolo de Kioto, del que se retiró su gobierno.
Esa decisión, junto con el proyecto de defensa antimisiles, generó una oleada de críticas de casi todo el mundo, especialmente europeas, dirigidas a un posible unilateralismo de EE UU, que Washington se está esforzando en aplacar. «Estados Unidos está comprometido con afrontar el cambio climático. No estamos de acuerdo con Kioto, pero sí en que el cambio climático es una amenaza seria», indicó el presidente.