París y Berlín, los dos principales motores de la construcción europea, manifestaron ayer su pesar por el rechazo irlandés a ratificar el Tratado de Niza, pero aseguraron que harán posible la ampliación de la UE. Otros responsables europeos también destacaron la importancia de seguir con la ampliación: el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y el primer ministro sueco, Goeran Persson, que ocupa la Presidencia europea de turno, manifestaron su voluntad de obtener la adhesión de los miembros del este.
Los irlandeses rechazaron el viernes, para gran sorpresa de sus socios comunitarios, el Tratado de Niza, firmado en diciembre de 2000 y que supondría una nueva admisión de miembros de la UE, que pasaría a estar compuesta por 27 Estados.
En Europa, la prensa destacaba ayer que el 'no' de los irlandeses es la expresión de una gran desconfianza de los ciudadanos de la Unión frente a la construcción de un gigante que les queda muy lejano.
Por su parte, el Gobierno irlandés intenta este fin de semana definir qué fue lo que falló en su campaña, mientras estudia la posibilidad de celebrar una nueva consulta popular.