El enviado especial del presidente de EE UU, William Burns, concluyó ayer su primera ronda de contactos con palestinos e israelíes para la implementación del Informe Mitchell, mientras la violencia se apoderó otra vez de las calles de Jerusalén. Burns se entrevistó ayer al mediodía en la ciudad cisjordana de Ramala con el líder palestino, Yaser Arafat, y horas después lo hizo con el primer ministro israelí, Ariel Sharon.
A ambos mandatarios pidió la máxima moderación para frenar la ola de violencia y les expuso la importancia de que las recomendaciones de la Comisión Mitchell sean puestas en práctica «en bloque» lo antes posible. La comisión se creó en octubre en la cumbre de la localidad egipcia de Sharm El-Sheij, e insta a un inmediato cese de la violencia, a aplicar medidas para recuperar la confianza y a alcanzar en última instancia las negociaciones políticas.
La visita del enviado especial coincide con un recrudecimiento de los ataques palestinos, con dos atentados en Jerusalén en menos de 24 horas, que no causaron víctimas mortales, pero sembraron el pánico en toda la ciudad. En rueda de prensa conjunta en Ramala, el negociador palestino Saeb Erekat dijo que Arafat y Burns dialogaron sobre la necesidad de implementar en bloque las recomendaciones de la comisión, que investigó las causas que desencadenaron la «intifada».