En plena campaña electoral, el Partido Laborista británico buscó ayer por distintas rutas del país el voto de los pensionistas, a quienes les prometió mejoras sociales como reducir a la mitad el precio de los viajes en autocar. Mientras varios ministros laboristas salían a predicar sus promesas para los mayores acompañados de estrellas de la televisión, el grupo de la oposición, el Partido Conservador, se centró en las ventajas educativas de su programa electoral.
El apartado para los pensionistas del programa electoral laborista de cara a las elecciones generales del próximo 7 de junio incluye diez puntos. «Los pensionistas compartirán el incremento de la riqueza del país; no pasarán frío en invierno; se recompensará a quien ahorre para su jubilación; se dará más dinero al que realmente lo necesite; se invertirá en los servicios públicos de los que dependen los mayores», reza uno de ellos.
En otro se afirma que «nos esforzaremos en reducir el delito para que los pensionistas se sientan más seguros; garantizaremos que los mayores cuenten con el cuidado sanitario necesario; haremos un pacto justo en materia de transporte; ofreceremos a los pensionistas nuevas oportunidades para aprender a vivir más tiempo; lucharemos por reducir la discriminación en razón de la edad».
Uno de los ministros del Gabinete de Tony Blair, Alistair Darling, responsable del departamento de Seguridad Social, explicó los objetivos del Gobierno laborista para los jubilados en el caso de ganar, como las encuestas apuntan, un segundo mandato electoral. «Nuestro compromiso -señaló- es acabar con la pobreza entre los pensionistas con la introducción de un ingreso mínimo garantizado, compensaciones a quienes ahorren para su jubilación y la financiación del coste del combustible para la calefacción».