La presidenta filipina, Gloria Arroyo, declaró ayer el 'estado de rebelión' en Manila después de que miles de simpatizantes del depuesto presidente Joseph Estrada intentasen entrar por la fuerza en el palacio presidencial, en lo que las autoridades gubernamentales han calificado como un intento de golpe de Estado al que vinculan a una serie de personalidades del país.
Entre ellas figura el senador Juan Ponce Enrile, también ex ministro de Defensa, quien fue rápidamente detenido en su domicilio por su presunta vinculación con la supuesta intentona, lo que podría suponerle una acusación de incitación a la sedición.
Los disturbios provocados por los partidarios de Estrada, que se encuentra detenido desde el pasado 1 de abril, desembocaron en la muerte de dos policías y un manifestante. La gravedad de estos hechos llevó a Arroyo a decretar el estado de rebelión, lo que permite a las autoridades detener a los sospechosos de provocar el levantamiento sin las garantías habituales, suspendiéndose pues el 'habeas corpus' y la ley marcial.
Poco después comenzaron las detenciones de miembros de la oposición, fundamentalmente de sus líderes. Además de Enrile, también se encuentran detenidos Miriam Defensor Santiago y Gregorio Honasan por su presunta relación con el intento de golpe de Estado, en una acción cuya legitimidad ha sido cuestionada por numerosos abogados filipinos.