En una entrevista concedida ayer al diario israelí en lengua inglesa 'Jerusalem Post', Ariel Sharon reiteró que no piensa hablar con Yasir Arafat mientras continúe la violencia y que, aún en el caso de que cesase ésta, no entablará negociaciones de paz que desemboquen en la creación de un Estado palestino. Sharon se refirió también a la ampliación de los asentamientos judíos, de la que es partidario; y a Irán, al cual acusó de pretender establecer una base en Líbano desde la que atacar a Israel.
Preguntado por la iniciativa de paz egipcio-jordana que Simón Peres discutirá el domingo en El Cairo con el presidente Mubarak, Sharon la interpretó únicamente como un alto el fuego. «Es bueno que haya iniciativas» declaró un Sharon poco entusiasta que, en todo caso, reiteró su negativa a retomar el proceso de paz de Oslo o a detener la ampliación de los asentamintos judíos en Cisjordania. Ambos puntos son parte esencial de la iniciativa egipcio-jordana y todo parece indicar que Israel la rechazará si no se incluyen en ella estas objeciones.
En su defensa de colonos judíos de Cisjordania y Gaza, Sharon trazó un sorprendente paralelismo entre éstos y los árabes que viven dentro de Israel.