Según los datos oficiales tras el recuento del 98'8 por ciento de los votos, la coalición separatista liderada por el presidente, Milo Djukanovic, habría obtenido el 42 por ciento de los votos, frente al 40'67 por ciento de la coalición pro-yugoslava. Por su parte, la Alianza liberal, que también está a favor de la independencia, obtuvo el 7'65 por ciento de los votos. Los primeros datos ofrecían ya una mínima diferencia entre las principales coaliciones, aunque siempre favorable a Djukanovic, que finalmente parece que obtendrá una pírrica ventaja de menos de 5.000 votos frente a la línea continuista. Esto hace dudar de la oportunidad de convocar un referéndum independentista tras la formación del nuevo Parlamento, algo que parecía muy claro hace sólo unas horas.
En sus primeras declaraciones tras conocerse los resultados parciales, Djukanovic aseguró que «hemos dado un gran paso hacia la independencia de Montenegro», subrayando que «mañana mismo empezaremos a establecer los acuerdos necesarios para crear un gobierno comprometido con la creación de un Montenegro independiente, democrático y pro-europeo». Por su parte, el bloque anti-independentista Unidos por Yugoslavia expresó su satisfacción por haber ganado dos tercios en el Parlamento. «Los resultados que hemos obtenido nos garantizan la permanencia de Montenegro en el seno de Yugoslavia», declaró el líder de la coalición, Vuksan Simonovic.
Estos comicios cuentan también con el visto bueno de la OSCE, que considera en un informe hecho público ayer por los observadores que estuvieron presentes en las votaciones, que las elecciones cumplieron con los requisitos democráticos internacionalmente reconocidos, ya que «el conjunto del proceso electoral fue plural, responsable y transparente». Por su parte, el ministro yugoslavo del Interior, Zoran Zivkovic, indicó que las nuevas autoridades montenegrinas tendrán que establecer «conversaciones amistosas, fraternales, con el gobierno serbio y con el federal» para redefinir las relaciones. «Es evidente que el cuerpo electoral montenegrino está dividido en dos mitades casi idénticas de partidarios de Yugoslavia y de los de la independencia de Montenegro», manifestó Zivkovic. En su opinión, «hay muchos argumentos para un Estado conjunto, que sea ordenado de forma moderna y que garantice una larga supervivencia».
El presidente del Parlamento serbio, Dragan Marsicanin, declaró que «sería ilógico y hasta peligroso» convocar el referéndum sobre la independencia en Montenegro, dada la «división de los electores». El resultado obtenido en las urnas será sin duda del agrado de la Unión Europea, que no ve con buenos ojos una nueva división territorial en el seno de los Balcanes. Para evitar una nueva crisis política y militar en la región de los Balcanes, la Unión Europea instó ayer al futuro Gobierno de la república yugoslava de Montenegro a «retomar el diálogo con Belgrado sin retraso, con el objetivo de acordar una redefinición de las relaciones federales».