El alcalde de Cincinnati, Charlie Luken, anunció ayer el levantamiento del toque de queda, pero indicó que el estado de emergencia continúa después de un fin de semana relativamente tranquilo tras la oleada de violencia racial de la semana pasada.
En declaraciones a la prensa, el alcalde de Cincinnati anunció que ayer quedaba sin efecto el toque de queda impuesto el pasado jueves, pero señaló que «el estado de emergencia continúa... para anticiparse a cualquier evento que hiciera necesario su aplicación. Pero esperamos que eso no suceda».
La decisión se produce tras cuatro noches de relativa calma después que el alcalde declarara el toque de queda para controlar los tres días de incidentes que se produjeron tras el asesinato de un joven tiroteado por un policía blanco y que dejaron 350 detenidos.